Tocará en vivo Nine Rain la banda sonora de "Qué Viva México!" |
México, 30 de julio.- Asumir el reto de crear el "soundtrack" de la película "Qué Viva México!", del ruso Sergei M. Eisenstein, considerada una de las joyas de la cinematografía mundial, confirma el prestigio ganado por el grupo de rock Nine Rain. A presentarse en vivo en un concierto especial que ofrecerán el sábado 8 de agosto, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, el proyecto, apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), resultó no sólo innovador sino que genera un legado musical valioso para el Séptimo arte. Steven Brown es el hombre que encabeza esta agrupación, integrada por Nikolas Klau, Alejandro Herrera, José Luis Domínguez, Daniel Aspuru y Oxama. En entrevista, el líder de la banda dio los pormenores de este trabajo que los sumergió en un intenso proceso creativo que duró cerca de un año. Al preguntarle sobre el detonador de este proyecto, Brown comentó que fue una idea que les propuso Carlos Becerra desde hace varios años. Le pareció que fantástico pero jamás pensó que se iba a concretar. Sobre la motivación que lo llevó a crear esta banda sonora, Brown expresó que fue la huella imborrable que dejó Eisenstein. Agregó que lo hubiera hecho con cualquier película de este director porque cambió la historia del cine con su obra. No obstante, refirió que esta cinta es poco vista. Brown recordó que la vio por primera vez entre 1994 y 1995, aunque no de manera integral, ya que asistió a un acto donde un especialista habló sobre el legado de este cineasta ruso y proyectó algunos fragmentos de "Qué Viva México!". "Cuando vi su propuesta me impactó fuertísimo. Después volví a verla para empezar este proyecto. Confieso que en ese momento pensé que era una joya cinematográfica que no necesitaba una banda sonora, de hecho, hubiera querido dejarle más silencios, pero estoy convencido que una buena película muda debe tener su propia música". Para él y su grupo, hacer la banda sonora de una película de Eisenstein no sólo representó un reto sino un orgullo, por lo que se sintieron obligados a hacer un trabajo profesional y de calidad, que podrá ser comprobado durante el próximo concierto.(Agencias/RGNoticias) Steven Brown nació en las afueras de Chicago, vivió en San Francisco, era líder del grupo de culto Tuxedomoon y estaba harto de Estados Unidos. Se fue a Europa y radicó allá durante una década, pero de pronto sintió claustrofobia. Cierto día, en Bruselas, hizo girar un globo terráqueo de plástico, cerró los ojos y con el dedo índice lo detuvo: Belice. Steven tenía un acompañante en esa aventura, el también músico Nikolas Klau. Abordaron un avión a la ciudad de México, donde pasaron varios días muy intensos y gozosos. Klau dijo: “Yo aquí me quedo”, y Brown se aferró a completar la ruta, pero a las primeras de cambio se dio cuenta de que la vida en Belice no era lo suyo. Regresó al DF y se quedó durante casi ocho años. Actualmente vive en un pueblo cercano a la ciudad de Oaxaca. A finales de 2008 grabó con Nine Rain el soundtrack de la cinta silente ¡Qué viva México! (1930-1932), y el 8 de agosto próximo lo tocarán en vivo en el Teatro de la Ciudad, mientras los espectadores ven la mítica creación de Sergei Eisenstein, editada en 1979 por su asistente Grigori Alexandrov. Le pregunto a Steven Brown si lo une a Eisenstein el hecho de haber sido enganchados por México. “Yo creo que sí, este país es una gran trampa”, dice entre risas. Y añade: “Desde que llegué aquí por vez primera, me preguntaba dónde carajos estaba; todo era como una epifanía”. Afirma que sí cree en el destino. Entonces le digo que desde siempre él tenía una cita con el director ruso en Tehuantepec. Responde: “¡Ah, esas escenas de la película son maravillosas, aunque no estoy muy seguro de que existan piñas ahí. Estamos tratando de hacer una presentación en Tehuantepec, sería fabuloso”. Agrega que en lo que resta de 2009 y en 2010 seguirán las presentaciones en México, Europa “y donde se pueda”.
Decir siempre la verdad El soundtrack fue realizado con el apoyo del Fondo Nacional para Cultura y las Artes (FONCA) y se consigue bajo el sello Independent Recordings. Le pregunto si no es un sacrilegio ponerle música a Eisenstein, y Brown va más lejos: “Dios me salva por decir siempre la verdad. Como toda gran película, ésta no necesita música. De hecho, Eisenstein fue de los que se opuso a que el sonido entrara al cine. Afortunadamente, él no estaba en contra de la música, y tal vez eso nos salve”. Agrega: “Si oyes el soundtrack en disco es una cosa, y algo muy distinto si ves a la banda en vivo mientras se proyecta la cinta”. Planteó otro paralelismo: Diego Rivera era el guía de Eisenstein y Francisco Toledo el de Steven Brown. Este último ríe y comenta: “Hace poco hice la música para el documental El informe Toledo, que está por estrenarse”. Steven platica cómo fue el proceso creativo: “Los músicos (de Nine Rain) nos dividimos las escenas y cada quien trabajó en su casa, viendo la película mil veces. Después nos juntamos en México para trabajar juntos. Por ejemplo, en la escena del toreo, de Luis Domínguez, él llegó con una propuesta de mucha guitarra y nos fue pidiendo un poco de sax aquí, un requinto por allá. Fue una gran aventura”. A pregunta expresa, recuerda cuando musicalizó el ballet Divine, de Maurice Béjart: “Yo le pregunté por qué no lo hacía con los Rolling Stones y él me dijo que quería hacerlo con Tuxedomoon, no con los Rolling, y nos dio carta blanca para trabajar a nuestro antojo”.
Entre la espada y la pared Cuando se le pregunta cómo vivió el conflicto entre el gobierno oaxaqueño y la APPO, dispara: “Fue algo muy fuerte, con barricadas por todos lados, sin poder salir de noche, con enfrentamientos y muertes y con algunas personas diciendo que los extranjeros éramos parte del problema. Yo me sentía entre la espada y la pared, entre la migra y el ala radical de la APPO. Al principio del movimiento tienes claro quiénes son los buenos y los malos, pero conforme se agrava el conflicto ya no sabes dónde estás parado. Ahora hay una normalidad aparente, con un estado gobernado por un asesino serial. Ulises anda en la calle como si nada”. Cuando le pregunto qué le pareció que Wim Wenders usara un tema suyo en El cielo sobre Berlín, chacotea: “Se oía muy bajito”, y afirma que no le interesó ver la versión hollywoodense: “Debe ser un desastre”. Acerca de si es factible hablar de vanguardias musicales en pleno siglo XXI, declara: “Desde el siglo pasado eso ya no era posible. El futuro de la música es el silencio”. Alguna música comercial que le gusta: Burt Bacharach con Elvis Costelo y algo de Madonna. |